El fútbol es en estos momentos el deporte rey. Los medios de comunicación y la sociedad ha convertido en lo que en un principio se creo como un espectáculo en un negocio que abarca más allá de los estadios y que por supuesto llega de forma magnificada a los más pequeños. Los niños adoptan a los jugadores como ídolos y modelos a seguir. La inercia que produce todo este fenómeno es una herramienta utilísima para que el joven jugador reciba valores y enseñanzas que difícilmente podría experimentar en otras facetas de su vida, por la sencilla razón de que el fútbol les apasiona. Esta es el arma que debería de utilizarse para que el futuro futbolista crezca como deportista y, sobre todo, como persona.
Se hace ahora necesario el lógico replanteamiento a causa de las innovaciones en el fútbol, los nuevos sistemas de entrenamientos, metodología y la imprescindible mejora en los aspectos organizativos y programador. La planificación en objetivos y contenidos por etapas hace de la planificación una herramienta fundamental para el avance evolutivo que ayude al niño en su proceso de desarrollo como persona y deportista. En este sentido, se afrontan nuevos retos: mejorar los servicios, avanzar en el diseño de los programas de formación, que sirvan a todos y beneficien a la cantera.
En vez de adaptar al niño al fútbol, como ocurre en todas partes, hay que saber adaptar el fútbol al niño, siempre a su perfecta medida durante su crecimiento. Hemos hecho que nuestros niños jueguen a imitación de los adultos. Y para el niño pequeño, el fútbol de los adultos es demasiado grande, demasiado difícil y complejo porque exige un nivel de capacidades físicas y mentales que los niños todavía no poseen.
Se hace ahora necesario el lógico replanteamiento a causa de las innovaciones en el fútbol, los nuevos sistemas de entrenamientos, metodología y la imprescindible mejora en los aspectos organizativos y programador. La planificación en objetivos y contenidos por etapas hace de la planificación una herramienta fundamental para el avance evolutivo que ayude al niño en su proceso de desarrollo como persona y deportista. En este sentido, se afrontan nuevos retos: mejorar los servicios, avanzar en el diseño de los programas de formación, que sirvan a todos y beneficien a la cantera.
En vez de adaptar al niño al fútbol, como ocurre en todas partes, hay que saber adaptar el fútbol al niño, siempre a su perfecta medida durante su crecimiento. Hemos hecho que nuestros niños jueguen a imitación de los adultos. Y para el niño pequeño, el fútbol de los adultos es demasiado grande, demasiado difícil y complejo porque exige un nivel de capacidades físicas y mentales que los niños todavía no poseen.